En el templo parroquial de Celanova, se preparó el Portal para situar en el un nacimiento viviente: unos padres y su hijo.
A las doce de la mañana hacían la entrada por el claustro procesional los reyes con sus pajes, que venían a adorar al niño y presentarle las ofrendas rituales. Ya los pastores habían llegado al portal, ofreciéndole también sus dones. Mientras tanto la Coral Solpor
Al final de la celebración, cada uno de los reyes le transmitieron un mensaje a los asistentes y vecinos de Celanova, para que en nuestra ofrenda al Niño Jesús, desterremos todos los males que acucian nuestra vida, creando mejores condiciones de vida y convivencia. Cada uno de los asistentes pasó a dar un beso al Niño Jesús.
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