domingo, 27 de marzo de 2016

Vivir la Semana Santa en Celanova


            Celanova celebró solemnemente la Semana, que llamamos Santa, con mucho fervor, participación. Comenzamos el domingo de Ramos, aunque los días fuertes fueron el Jueves y Viernes Santo y Sábado de Pascua.
            El jueves Santo, a las 8,15 comenzaba en el templo de S. Rosendo la Santa Misa en la que se vivió la institución de la Eucaristía. Al final se llevó procesionalmente el Santísimo al Monumento, previamente preparado en el altar de la Crucifixión, obra de Castro Canseco. Allí se abrió un turno de adoración que cerraría a las 12 de la noche. Delante de él estuvo un grupo numeroso de adoradores, cantando y rezando.
            El Viernes fue el día de mas actividad. Se abrió el templo a las 9 de la mañana, reanudándose la adoración ante Jesús Sacramentado.  A las 12, la gran obra teatral de la escenificación  desde la Última Cena de Jesús hasta la crucifixión. Medio centenar de personas, especialmente jóvenes, intervienen en esta obra que dirige D. Alfredo Vázquez Dorado. Uno de los actos de mucha concurrencia de la Semana Santa.
Por la tarde, a las seis celebración de la función litúrgica, con las cuatro partes: lectura pasión, adoración de la cruz, oración universal y comunión. A las 7,15 acto de colocar a Jesús en la Cruz, siguiendo el sermón del la 7 palabras, que pronunció D. Manuel Alonso Fernández, párroco de Lampaza.  A continuación se procede a preparar la procesión con los 5 pasos o tronos: Niño Jesús de Praga, Ecce Homo, Crucifixión, urna con el Cristo yacente  y cerrando la Dolorosa.
El tiempo no aconsejaba salir a la calle y se hizo por el Claustro Procesional.
            Una numerosa multitud  esperaba este momento, concentrándose en el Claustro.
            El sábado santo tuvo lugar la celebración de la Vigilia Pascual, con la participación de las parroquias de todo alrededor. La lluvia deslució el acto y redujo el número de asistentes.
Los sacerdotes de estas parroquias acudieron a este acto pascual: Veiga, Verea, Acebedo, Viveiro y los de Celanova.
            Días importantes para vivir los misterios de la misericordia y del amor de Dios, que la Religión Católica invita a poner en práctica.

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